Muerte del Guerrero CAIRNE PEZUÑA DE SANGRE
En The Shattering, Cairne, tras la impresión que
le habían provocado las habilidades de mando de Garrosh tras su visita a Warsong Hold en Rasganorte, se opuso a que
este sustituyera a Thrall como nuevo Jefe de Guerra de la Horda y así se lo
hizo saber a su viejo amigo aunque este no varió su postura y se marchó a
Terrallende.
Tras
recibir un aviso del búho de Hamuul Runetotem, en el que se decía que el nuevo
Jefe de Guerra había matado a druidas inocentes (aunque en realidad eran orcos
leales al clan Martillo Crepuscular), Cairne desafíó a Garrosh a batirse por el
liderazgo de la Horda. Garrosh aceptó añadiendo como condición que no fuera un
simple combate como los que acostumbraba a permitir Thrall sino que se rigiera
según las viejas leyes, un combate a muerte. Cairne aceptó y ambos se
emplazaron en la arena de Orgrimmar.
Las
antiguas reglas especificaban que ninguno de los combatientes podía llevar
armadura aunque sí se les permitía elegir el arma que quisieran. Cairne eligió
su lanza, mientras Garrosh hizo lo propio con Aullavísceras, el hacha que una vez perteneció
a su padre, Grom
Hellscream y que
fue bendecida por la chamán Magatha Grimtotem. En un primer envite, Cairne
recibió una cuchillada en el pecho que lo debilitó enormemente. Se dio cuenta
que Magatha había envenenado el arma de Garrosh. Cairne se lamentó que él, que
había vivido siempre con honor, había sido traicionado justo en el momento en
que el hacha de Garrosh le asestó un golpe mortal que rompió su lanza y se
clavó en su torso. El líder tauren murió antes de que su cuerpo se desplomara
sobre la arena.
En ese
momento, Magatha ordenó que la tribu Grimtotem tomara Cima del Trueno y las
aldeas cercanas, asesinando a cualquiera que se quedara a hacerles frente.
Baine, el hijo de Cairne y heredero del cargo de líder tauren consiguió escapar
con la ayuda del propio Garrosh y de Gazlowe, el líder de los goblin de Trinquete, retomar Cima del Trueno y
desterrar al exilio a Magatha y a los Grimtotem supervivientes. Tras esto,
Baine fue nombrado líder de Cima del Trueno y jefe de los tauren.
Los
restos de Cairne fueron depositados en una pira junto a lo que queda de su
lanza rúnica. Thrall regresó de Terrallende para llorar su pérdida y la de sus
virtudes: su amistad, amabilidad, sabiduría y humor. Thrall no perdióla ocasión
para recordar que los tauren estarán siempre en el corazón de la Horda de los
que son su centro espiritual, y de los que todos han aprendido sus directrices
acerca del perdón y la compasión. Tras llevarse consigo un trozo de su lanza
para que estuviera siempre cerca de su corazón, Thrall le dio su último adiós a
su viejo amigo.
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